|
Arriba el cartel que dice "es tu turno, Doctor"
Abajo el padre con su hijo adolescente asesinado
Por las tropas de Bashar al Assad
|
Los jóvenes que desataron la revolución siria hablan de cómo empezó todo
La primera vez que Omar escuchó la historia del grafiti fue durante un descanso matutino. Era invierno, tenía 14 años y recién arrancaba la secundaria. Sus amigos le dijeron que el grafiti era una broma. El día antes, al salir del colegio, un puñado de amigos de Omar descubrieron unos restos de pintura roja y garabatearon la leyenda
"Tu turno, doctor", en las paredes de la escuela.
Normalmente, en la mayoría de los casos y en la mayoría de lugares del mundo, semejante comportamiento merecería un tirón de orejas — o, lo mismo, en el peor de los casos, una adusta visita de la policía y una reprimenda de los padres. Sin embargo, en la ciudad de Daraa, en Siria, en el año 2011,
aquellas palabras bastaban para matarte.
El "doctor" al que se refería el grafiti no era otro que Bashar al-Assad, el dictador sirio, un hombre que, además, se había formado como oftalmólogo. Corría el año 2011 y dos de los homólogos de Assad, otros dos dictadores, el general Hosni Mubarak, en Egipto, y Ben Ali, en Túnez, fueron arrancados de sus respectivos despachos presidenciales por el clamor de sus pueblos respectivos.