Un carnicero egipcio mata a su mujer, y para colmo vende su carne al público
Fue entonces cuando se descubrió que la carne del presunto cordero era humana, por lo que se procedió a la inmediata detención del irascible mahometano.
Durante diferentes registros, se encontró la cadera de la mujer en la nevera de la carnicería y diferentes partes del cuerpo en el domicilio conyugal. Tras ser hábilmente interrogado por la policía, el carnicero confesó su crimen, pero manifestó en su descargo que la mató porque era desobediente.
Los habituales clientes del comercio que han degustado la carne de la víctima, por evidentes motivos de conciencia, se estarán preguntando si el carnicero sacrificó a su mujer siguiendo el rito halal, pero en las informaciones ofrecidas por diversos medios nada se dice al respecto, aunque siendo el homicida un profesional del sector es fácil deducir que degolló a su víctima según el rito tradicional, por lo que los parroquianos no deberían sentir escrúpulos religiosos.
También en Egipto, otro iracundo muslim ha asesinado a su mujer desobediente, cosa que es contraria al islam, puesto que el Profeta sólo indicó que la mujer díscola debía ser aleccionada a golpes, pero no asesinada salvo en determinados casos.
Según el diario Ahram, un egipcio, cuyo nombre no ha sido facilitado, obligó a desnudarse a su esposa; luego, la golpeó y apuñaló. La policía, alertada por los vecinos, llegó al lugar del suceso y encontró el cadáver de una mujer ensangrentado y lleno de moratones. El asesino , tras ser detenido, confesó a la policía: “La maté porque llegó tarde del mercado”, vaya uno a saber quizás la señora compro plátanos, zanahorias o pepinos equivocadamente y el marido al ver esos vegetales se puso algo furioso.
El electorado egipcio que ha encontrado sumamente atractivo el mensaje de los Hermanos Musulmanes: "la mujer debe ser reducida a la condición de animal doméstico, el sistema democrático occidental es maligno y los disidentes políticos y religiosos no islámicos deben ser exterminados."
Sorprendentemente , las feministas y lesbianas progresistas no parecen muy dispuestas a personarse en la Plaza Tahrir en defensa de la condición femenina para lanzar eslóganes como: “Quiten sus Coranes de nuestros ovarios”, desde luego ellas bien saben con el Islam no se juega, el valor democrático del digo lo que se me viene en ganas termina cuando comienza el temblor.
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