sábado, 22 de agosto de 2015

La práctica islámica de la pedofilia y otras inmoralidades las inició el propio Mahoma.

Mi nombre es Mahoma Acepta que no hay mas dios que Allah y que (Yo) Mohamed en su profeta. No hay mas espacio, Allah solo acepta el Islam como religión y el que no la acepte debe morir.
La práctica islámica de la pedofilia la inició el propio Mahoma, reconocido pedófilo, pero también zoofílico, misógino y con cierto grado de homosexualidad. Mahoma tuvo once esposas y varias concubinas. Cuando murió su primera mujer, Jadiya, en 619 d.n.e., coordinó la visita a las jaimas de sus distintas esposas a lo largo de los ciclos menstruales de cada una de ellas. Mahoma era un adicto al sexo, y le daba igual la edad, el género o incluso la especie de los seres que él penetraba. 
vídeo 

Curiosa figura fue Mahoma. Este “hombre santo” y “profeta de Dios” mató a cientos de personas con su propia mano o girando órdenes a sus fanáticos seguidores, confiscó las propiedades de los muertos y convirtió a sus mujeres y niños en esclavos para la venta. Tomó como “esposas” a algunas de las viudas de sus enemigos asesinados. Tuvo 11 esposas al mismo tiempo e innumerables concubinas y esclavas sexuales (cálculos moderados dicen que 25), entre ellas a una niña de nueve años, a su propia prima hermana y a varias prisioneras cautivas de enemigos derrotados. Sin duda, este personaje sagrado al cual ni siquiera se permite dibujar de haber nacido en tiempos modernos habría sido procesado judicialmente por sus múltiples crímenes
La vida de un típico líder sectario se representa por varias acciones clásicas que podemos señalar en la gran mayoría. Un análisis sencillo nos permitiría asumir, por sentido común, que Mahoma era en efecto un líder sectario pues cumple con todos los requisitos que muestran estas figuras en la dinámica social de las sectas.
Mahoma nace en el 560 en la Península Arábiga específicamente en La Meca[2], centro de comercio y de peregrinaje sagrado para las religiones paganas preislámicas. Analfabeto de nacimiento, cuando adulto comenzaría a escuchar las voces del Ángel Gabriel, a quien sólo él vería y escucharía, quien le dijo que era el nuevo profeta de Dios. Ya antes Mahoma había estado en contacto con cristianos y judíos que pululaban en La Meca y por sus viajes de negocios a diferentes partes del mundo, como Siria y Palestina, por lo que sabía bien como funcionaba el monoteísmo. Si Mahoma en efecto recibió mensajes de un arcángel o sufría de esquizofrenia, no lo sabemos, solo digamos que a diferencia de otros profetas previos como Abraham, Moisés y Ezequiel que hablaban directamente con Dios sin necesidad de un intermediario, Alá nunca se dignó a hablarle a Mahoma “cara a cara”. Otra cosa curiosa es que mientras Moisés y Jesús y otros profetas monoteístas hacían milagros, Mahoma no hizo ni uno. Ni una sola evidencia de que tuviera algún poder divino o sobrehumano. Cuando le reclamaron esto, Mahoma adujo que el milagro era el Corán (aunque cualquier mortal podía escribir un libro, o mejor dicho, dictarlo, pues Mahoma no sabía escribir). Que fuera un analfabeto y supiera redactar un libro supuestamente poético como el Corán, argumento que usan algunos mahometanos para confirmar la identidad milagrosa de Mahoma, es realmente absurdo y solo demuestra que Mahoma era un gran poeta de dotes narrativos. Se pensaría que caminar sobre el agua o partir el Mar Rojo en dos son verdaderos milagros que identificarían a un profeta divino y no ser un simple escritor, esto puede alegrar mucho a Paolo Coehlo.
Mahoma corrió a darle la buena noticia a su esposa Jadiya, su primera y en ese momento única esposa. Aunque Mahoma dudaba de su cordura Jadiya le apoyó y dijo que él en efecto, había sido elegido como nuevo profeta de Dios (Jadiya moriría poco después) y Mahoma entonces comenzó a predicar el Islam (que en árabe significa la sumisión) en adoración a su dios. Naturalmente tuvo la oposición frontal de la población mayoritariamente pagana de La Meca, incluyendo sus gobernantes, pero también empezó a tener más y más seguidores. Cuando se le reclamó que todos los profetas de Dios habían sido hebreos, Mahoma adujo (sin prueba alguna o evidencia de ningún tipo) que él era descendiente de Abraham. Pronto su prédica se volvió más agresiva y paranoica. Aquellos que no aceptaban sus enseñanzas fanáticas eran tildados de hipócritas e infieles. Sus seguidores comenzaron a generar tales disturbios que Mahoma y compañía fueron expulsados de La Meca.
Para suerte de Mahoma los gobernantes de Medina, ciudad vecina a La Meca, se convirtieron al Islam y lo invitaron a vivir ahí. El escape de Mahoma a Medina se conoce como hégira y divide el calendario islámico. Medina fue el primer estado islámico del mundo, así que las matanzas y crueldades no se hicieron esperar.
Una importante tribu, los Banu Qurayza se negó a aceptar el Islam y el liderazgo de Mahoma. Ante el acoso bélico islámico se atrincheraron en su fortaleza y fueron asediados por 25 días, hasta que se rindieron. Por órdenes de Mahoma todos los hombres fueron maniatados y llevados hasta unas tumbas masivas que habían sido cavadas previamente, donde Mahoma hizo que los decapitaran (una de las formas más dolorosas de morir), las mujeres y los niños fueron convertidos en esclavos, entre ellas Rayhana, quien fue convertida en la esclava sexual personal de Mahoma. Este le ofreció convertirse al Islam para ser libre, pero como ella se negó, Mahoma la mantuvo como esclava y concubina por el resto de su amarga vida.
La tribu rebelde de los Banu Nadir también se negó a convertirse al Islam. Su líder, el poeta Kab ibn al-Ashraf, había escrito líricas contra Mahoma lamentando la violencia perpetrada por este hombre. Ashraf dijo: si Mahoma realmente ha matado a esa gente, entonces sería mejor ser enterrado en la tierra que caminar sobre ella. Refiriéndose a la sangrienta Batalla de Badr, tras la cual Mahoma y sus seguidores resultaron victoriosos. La batalla fue provocada por los frecuentes saqueos que el ladrón de Mahoma y sus bandoleros realizaban a las caravanas mecanas. Sin embargo, el bando islámico derrotó al mecano. Mahoma ordenó la ejecución de los líderes que se habían rendido y estaban prisioneros así como de dos mecanos cuyo único crimen había sido lanzarle excrementos a Mahoma cuando este vivía en La Meca.
Pero los poemas de Ashraf de los Banu Nadir era un arma contra la que Mahoma pronto tomaría su venganza también, pues la pluma es más fuerte que la espada y, hasta la fecha, los mahometanos no creen en la libertad de expresión ni de prensa. Cuatro musulmanes se hicieron pasar por enemigos de Mahoma y por medio de engaños y mentiras, asesinaron a Ashraf por órdenes de Mahoma quien, aparentemente, no tenía inconveniente en usar mentiras para perpetrar un asesinato contra un hombre indefenso que fue ejecutado a traición por un grupo numéricamente muy superior. Esto se repite era tras era, miles de personas han sido asesinadas por ofender al Islam, al Corán o a Mahoma y sobre otros escritores, pensadores y periodistas pesan fatuas y amenazas de muerte por atreverse si quiera a expresar su libre opinión sobre Mahoma y el Islam, que lo digan Salman Rushdie, Telima Nesreen, Ayaam Hirsi, Lars Vilks, Ayaan Hirsi Magan Ali y Geert Wilders. Algunos, como Theo van Gogh, pagaron la crítica al Islam con sus vidas. O que lo diga los yezidis, grupo religioso minoritario entre los kurdos que ha sufrido toda clase de atrocidades siendo las más recientes la Masacre de Mosul del 2007 donde milicianos islámicos detuvieron un bus, bajaron a los musulmanes y cristianos y secuestraron a los remanentes yezidis a quienes ejecutaron luego con balazos en la cara. Ese mismo año y poco después más de 700 yezidis fueron asesinados y más de mil resultaron heridos en ataques terroristas de bombas efectuados por fundamentalistas mahometanos. Todo esto deriva en parte de la lapidación de una adolescente yezidi llamada Du’a Khalid Aswad de 17 años por el crimen de haber sido novia de un musulmán sunnita.
Pero volviendo al criminal Mahoma, poco después la tribu Banu Nadir se negó a convertirse al Islam y se atrincheró en sus tierras. Las fuerzas islámicas dirigidas por Mahoma destruyeron sus cultivos y los Banu Nadir, azotados por el hambre, se rindieron. Mahoma los expulsó de Medina pero confiscó sus tierras y pertenencias, dejándoselas para él.
El régimen de terror de Mahoma prosiguió. En 629 Mahoma y sus huestes conquistaron el Oasis de Khaybar donde, nuevamente, expulsaron a la población pero se quedaron con sus riquezas. Los habitantes de Khaybar eran aliados de los enemigos de Mahoma y su líder, que también fue asesinado por sicarios enviados por Mahoma, había escrito poemas contra él (parece que no había escarmentado con la muerte de Ashraf). Algunos Banu Nadir se había ocultado en el Oasis, uno de ellos fue el líder Kinana ibn al-Rabi, quien fue torturado por órdenes de Mahoma para que revelara el lugar secreto donde su tribu guardaba un tesoro, y al no lograr doblegarlo Mahoma lo decapitó, y luego tomó a su esposa Safiyya bint Huyayy a quien obligó a casarse con él. Safiyya ya conocía bien la crueldad de Mahoma pues el profeta había matado a su padre antes.
Hasta acá podemos ver que el santo profeta del Islam es un ladrón, un pirata, un mentiroso y un asesino. Actúa más como un líder de la mafia que como un hombre santo pero, hay más. Las acciones de Mahoma hacia las mujeres son también muy indicativas valga decir que según la versión islámica oficial, la esposa favorita de Mahoma tenía nueve años cuando tuvo sexo con ella por primera vez.
Si bien Mahoma estuvo casado por muchos años con su primera esposa únicamente, tras la muerte de esta y ya convertido en Profeta, se dedicó a coleccionar esposas, concubinas y esclavas sexuales. Una de ellas su propia prima llamada Zaynab, a pesar de que el Islam prohíbe el incesto, razón por la cual los detractores de Mahoma lo llamaron hipócrita. Zaynab estaba casada con el hijo adoptivo de Mahoma, Zayb, quien le entregó su esposa al Profeta como “regalo”, así que Mahoma además de primo era el suegro de Zaynab.
También se casó, como ya mencionamos, con varias prisioneras tomadas en cautiverio tras la derrota de sus enemigos como “botín de guerra”. El Islam permite tomar mujeres como botín tras una victoria militar. Algunas de estas esposas son Juwariya (que iba a ser entregada a uno de los allegados a Mahoma pero éste la “salvo”), Safiyya viuda y huérfana gracias a Mahoma, y Rayhana (aunque hay debate sobre si Rayhana alguna vez fue esposa legítima o solo esclava sexual, ya que nunca se convirtió al Islam). Por cierto que una de sus esposas trató de envenenarlo como venganza por haber matado a toda su familia.
Claro, no todas las mujeres de Mahoma eran sus esposas. La esclava cristiana copta María al Quibitya fue tomada solo como concubina del profeta y su hermana Sirin que fue entregada a uno de los socios de Mahoma.
Su esposa favorita, según nos cuenta la historia, era Aisha, una infortunada niña que fue dada en matrimonio a Mahoma a los seis años, y que consumó el mismo a los nueve. Los sarracenos siempre han tratado de justificar de diferentes maneras el comportamiento pedófilo de Mahoma al violar a una niña de nueve años cuando consumó su matrimonio. Se ha justificado que las tribus árabes casaban a sus hijas a edades muy tempranas, que las niñas árabes alcanzaban la pubertad a esa edad (algo biológicamente insostenible, si bien hay casos excepcionales de niñas que alcanzan la pubertad antes de los 11 años, no hay evidencia científica ni parece creíble que toda una raza humana se caracterice porque sus niñas alcanzan la pubertad antes que el resto de la humanidad), que era normal en la época de Mahoma (lo cual también es debatible), que Mahoma fue bueno con ella y la trató bien, en fin, una serie de argumentos verdaderamente asquerosos y que son similares a los que usan muchos pedófilos para autojustificarse. La realidad, más allá de cualquier excusa, es que Mahoma violó a una niña de nueve años. Otros islamólogos, conscientes de que no existe justificación plausible a la pedofilia, dicen que la edad de Aisha era muy superior (algunos colocándola entre los 14, 20 y hasta la cifra increíble de 30 años) pero que en la realidad nuevamente el argumento no se sostiene pues los mismos hadices dicen que la esposa de Mahoma todavía jugaba con muñecas al lado de otras niñas Los musulmanes, hasta la fecha, siguen el ejemplo de su profeta y muchos se casa con niñas preadolescentes Sabemos, por el mismo Corán, los hadices y la historia islámica oficial, que Mahoma era un pirata que asaltaba caravanas mecanas, un ladrón que confiscaba las propiedades de sus enemigos exiliados, un asesino masivo que ordenó la muerte de prisioneros de guerra ya rendidos así como los asesinatos políticos de sus enemigos, un mentiroso que no temía falsear la verdad y engañar para lograr sus fines, un violador que tuvo varias mujeres esclavas y que tomaba esposas del enemigo después de asesinar a las familias de estas, y un pedófilo que tuvo sexo con (al menos) una niña de nueve años. ¿Puede entonces considerarse que Mahoma era un líder sectario? Veamos.
Naturaleza divina y milagrosa pero que no se puede probar.
La mayoría de los líderes sectarios se autoproclaman personas sobrehumanas y extraordinarias, con grandes poderes divinos, inteligencia superior y potestades milagrosas que, convenientemente, deciden no mostrar. Los líderes sectarios convencen a sus seguidores de su supremacía espiritual sin mostrar nunca ninguna prueba. Ni el loco de L. Ronald Hubbard, fundador de la secta Cienciología demostró nunca que era extraterrestre como decía ser, ni David Koresh, el fanático cristiano que provocó la masacre de Wacco, Texas, demostró nunca que él era en efecto el Profeta de Dios, ni Sun Nyung Moon, el coreano multimillonario que se ha enriquecido gracias a sus borregos demostró nunca ser el “Tercer Adán” y la Segunda Venida de Cristo. Sai Baba en la India jamás demostró que era la encarnación de Shiva, etc. Así mismo, Mahoma nunca demostró ser “el Sello de los Profetas”, es decir, el último y más importante profeta de Alá.
Visión del mundo polarizada.
Los líderes sectarios en general manifiestan esa visión polarizada de la sociedad “estás conmigo o en contra de mí”. Históricamente todos los líderes sectarios lo han hecho; Jim Jones del Templo del Pueblo (que terminó en un suicidio masivo en Guayana) y David Koresh de la Rama Davidiana (que terminó en una masacre en Texas) concebían un mundo dominado por fuerzas satánicas malignas y hostiles que, salvo por los miembros de su secta, estaba irremediablemente destinado a la destrucción. Lo mismo puede decirse de otros líderes sectarios aunque su enemigo malévolo varía; para el escritor demente L. Ronald Hubbard eran los psiquiatras, Sun Nyung Moon eran los comunistas, para Dwight York del Nuwaubanismo, Fard Muhammad de la Nación del Islam, Yahweh ben Yahweh de la Nación de Yahweh y el francés Capo Chichi de la Tribu KA (todas sectas de supremacismo negro) el Mal estaba representado por los blancos. En todos los casos el Mal debía ser destruido a toda costa, debe ser odiado y repudiado, la violencia contra estos enemigos es totalmente justificada y, aquellos que no se alineen absolutamente a las decisiones del “Profeta”, aquellos que no cumplan devotamente todas sus órdenes, que cuestionen sus directrices, son cómplices del Mal, son traidores infiltrados que deben ser igualmente destruidos.
Manipuladores y farsantes.
Los líderes sectarios también son mentirosos, como Mahoma lo fue, alegando que era descendiente de Abraham o usando engaños para asesinar a sus enemigos. L. Ronald Hubbard aseguró haber sido iniciado por la tribu Blackfoot americana (aunque dicha tribu lo niega) cuando era un niño de seis años, dijo haber sido condecorado con cientos de medallas cuando fue militar (lo cual resultó falso según registros del Ejército estadounidense), dijo haber sido ingeniero y doctor en física nuclear cuando en realidad nunca terminó la universidad debido a sus bajas calificaciones. Si recibió un doctorado honorario de la Universidad de la Secoya de la que él era el dueño y que fue cerrada por emitir títulos falsos y, bueno, también aseguró ser de origen extraterrestre lo cual evidentemente era mentira. Dwight York, líder de la secta del Nuwaubianismo, decía ser hijo de un aristócrata sudanés y una egipcia, cuando la verdad es que era un negro pobre de Boston. Cuando fue arrestado y enjuiciado por pedofilia, aseguró contar con inmunidad diplomática por ser liberiano y que era de origen Cherokee, todo lo cual era falso. Vemos entonces como las falacias imaginativas y absurdas que utilizan los líderes sectarios como Mahoma para engrandecerse son un mecanismo muy común de control.
Enriquecimiento.
Muchos líderes sectarios se volvieron multimillonarios gracias a sus sectas y explotando a sus seguidores. L. Ronald Hubbard falleció en la opulencia con una fortuna personal de cientos de millones de dólares gracias a que la Cienciología que él fundó cobra sumas astronómicas por sus cursos disparatados para aprender a sacar “el extraterrestre que tenemos dentro”. Sun Nyung Moon es también millonario gracias a las donaciones masivas de sus adherentes en la Iglesia de la Unificación. Mahoma también logró acumular una gran fortuna, después de todo era un pirata que saqueaba caravanas mercantiles, confiscó los bienes de sus enemigos derrotados y vivió a costa de sus seguidores.
Perversiones sexuales.
Nuevamente, aprovechándose de su posición, los líderes sectarios no solo acumulan dinero sino mujeres, usualmente más jóvenes. L. Ronald Hubbard estuvo casado varias veces, las dos últimas con mujeres mucho más jóvenes que él, usualmente con la mitad de su edad y que rondaban los veinte años. Moon también es famoso por su gusto por las jovencitas, por su esposa que tiene edad para ser su hija y porque le da la “salvación” a varias moonistas jóvenes mediante el sexo. David Koresh tenía una decena de esposas, al igual que Yahwéh ben Yahwéh de la Nación de Yahweh que tuvo múltiples esposas, algunas adolescentes. Es común que los líderes sectarios tengan muchas más esposas que sus seguidores, a quienes a veces solo se les permite tener una o ninguna, y que incluso se adueñen de las esposas de sus fanáticos. Mahoma tuvo 11 esposas al mismo tiempo y más de 20 concubinas cuando el Islam solo permite tener un máximo de 4 esposas por hombre, y le quitó la esposa a su hijo adoptivo así como una prisionera cautiva a uno de sus seguidores llamado Thaib.
Pedófilos.
Una de las características de un líder sectario es que es un abusador sexual, normalmente de personas menores de edad y que logra usar su control psicológico en sus seguidores para convencerlos de que es perfectamente legítimo que perpetre estos actos monstruosos, ya que el “Profeta” actúa por inspiración divina, y se encuentra más allá de las leyes humanas normales, pues él responde solo a Dios o, más aún, es Dios. Dwight York, afroamericano estadounidense cantante de Hip Hop, luchador de los derechos civiles, supremacista negro y líder sectario, fundador de la religión del Nuwaubianismo de profundo odio racial anti-blanco, que (firme heredera de la Nación del Islam y los Black Muslims de donde derivaba) consideraba al “diablo blanco” inferior a los negros y enemigos mortales de estos, convenció a los miembros de su secta que como Profeta tenía derecho a tener esposas de cualquier edad, y fue condenado por abusar de niños de hasta 4 años de edad. David Koresh, el de la Rama Davidina, la secta texana conformada por muchas familias con niños pequeños que terminaron muertos en un incendio causado por el combate con el FBI, tuvo múltiples esposas algunas de hasta 11 años de edad. L. Ronald Hubbard, padre del culto extraterrestre de la Cienciología tenía varias asistentes adolescentes que lo atendían como esclavas mientras vivía junto a su secta en el barco Apolo escapando de las autoridades. Sathia Sai Baba, gurú de la India, también fue acusado de abusar de varios niños. Por supuesto que los devenires sexuales con menores de todos estos “profetas” como Hubbard, Koresh, Moon y Alamo se hacen con la aprobación de su esposa, pues los profetas pueden ser polígamos, al igual que Mahoma (el Islam solo permite tener cuatro esposas, pero a Mahoma se le toleró tener una docena)
Conclusión: Mahoma era para toda definición sociológica, psicológica y religiosa un líder sectario tan detestable como los muchos que pululan en estas épocas degeneradas.
A veces se coloca a Mahoma como uno de los grandes fundadores religiosos y líderes espirituales de la historia, junto a Buda y Jesús pero ¿merece estar al lado de estos dos? La vida de Mahoma no puede ser más diferente a la de Buda y Jesús, quienes fueron verdaderos sabios, nunca cometieron ningún acto de violencia, vivían modestamente y de forma casi ascética (o ascética en algunas etapas), predicaron el amor y la paz y practicaron lo que predicaron con su propio ejemplo. En cambio ¿Cómo pueden los mahometanos condenar el robo, la mentira, la pedofilia o el incesto si su profeta lo practicaba? ¿Cómo puede el Islam ser una religión de paz si su creador era un asesino violento y desalmado?

¿Puede inculparse a toda la civilización islámica tener una actitud global similar a la de su padre y fundador? pues evidentemente no. Probablemente muchos mahometanos no cometan las atrocidades de Mahoma, aunque defiendan su imagen como sagrada e intocable. Sin embargo es notorio que muchos de los horrores que han sido reportados como frecuentes en ciertas partes del mundo islámico, la actitud violenta del Islam frente al Yihad, el trato a la mujer y la niña como sujetos sexuales y las disposiciones del Corán para disponer de esclavos, de botines de guerra (incluyendo mujeres) y del ajusticiamiento sangriento de cualquier que blasfeme contra el Islam y su profeta, están arraigadas en la misma vida y obra del criminal llamado Mahoma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario