martes, 2 de mayo de 2017

Siria: La Tercer Guerra Mundial, comienza por un grafiti que dice: “Tu turno, Doctor”. ( videos)

Arriba el cartel que dice "es tu turno, Doctor"
Abajo el padre con su hijo adolescente asesinado
Por las tropas de Bashar al Assad
Los jóvenes que desataron la revolución siria hablan de cómo empezó todo

La primera vez que Omar escuchó la historia del grafiti fue durante un descanso matutino. Era invierno, tenía 14 años y recién arrancaba la secundaria. Sus amigos le dijeron que el grafiti era una broma. El día antes, al salir del colegio, un puñado de amigos de Omar descubrieron unos restos de pintura roja y garabatearon la leyenda "Tu turno, doctor", en las paredes de la escuela.

Normalmente, en la mayoría de los casos y en la mayoría de lugares del mundo, semejante comportamiento merecería un tirón de orejas — o, lo mismo, en el peor de los casos, una adusta visita de la policía y una reprimenda de los padres. Sin embargo, en la ciudad de Daraa, en Siria, en el año 2011, aquellas palabras bastaban para matarte.

El "doctor" al que se refería el grafiti no era otro que Bashar al-Assad, el dictador sirio, un hombre que, además, se había formado como oftalmólogo. Corría el año 2011 y dos de los homólogos de Assad, otros dos dictadores, el general Hosni Mubarak, en Egipto, y Ben Ali, en Túnez, fueron arrancados de sus respectivos despachos presidenciales por el clamor de sus pueblos respectivos.  
  


Las monumentales concentraciones de gente que exigían sus dimisiones, sirvieron, por una vez, para derrocar a los dos dictadores.

En semejante clima de tensión declarado a lo largo y ancho del mundo árabe, la OTAN resolvió intervenir en Libia. Las fuerzas de la Alianza Atlántica (OTAN) se pusieron del lado de los rebeldes, quienes conseguirían, también, derrocar al dictador que llevaba décadas masacrándoles, el coronel Moammar Gaddafi. En vista de lo que estaba sucediendo en todos los países vecinos y más allá de ellos, los amigos de Omar lo tuvieron bien claro: el siguiente tenía que ser Bashar.

Estos civiles son los primeros en salir clamando por los adolescentes 




Han pasado seis años desde que los amigos de Omar pintarrajearan los muros de su escuela con aquel grafiti, y ahora la ciudad de Daraa está dividida entre las zonas controladas por el régimen sirio, los territorios que, en palabras de Omar, "han sido liberados" por el Ejército Libre Sirio, y por los enclaves que han caído en manos del Frente al-Nusra. La franquicia de Al-Qaeda en Siria, además de otros pequeñas facciones yihadistas, se han hecho con el control de los suburbios y de partes del interior de Daraa.

Al igual que el resto del país, Daraa ha quedado abierta en canal después de 5 años de guerra civil. Lo que empezó como un movimiento local contra la política autoritaria y neofascista de la dinastía de los Assad, se fue convirtiendo, lentamente, en una guerra atomizada, a la que se han sumado Estados Unidos, Rusia, Irán y casi todos los vecinos de Siria.

Cinco años después han muerto casi 500.000 civiles y millones de personas han sido desplazados por la violencia sin tregua que azota a todo el país. Y si bien cuesta mucho encontrar a ningún vecino que crea que el fin está ni remotamente cerca, a nadie se le escapa cuando empezó todo: fue el 15 de febrero de 2011, Y fueron Omar y sus amigos. El grafiti que los menores osaron pintar en los muros del patio de su colegio se ha convertido en el mítico origen del trágico conflicto sirio — y eso es algo en lo que están de acuerdo no solo los vecinos de Daraa, sino los del país entero.


La primer gran matanza de civiles en Siria



Algunos cuentan que los chicos estaban profundamente politizados; aquel día habrían pintado decenas de leyendas políticas, hasta que, finalmente, prendieron fuego a una caseta de la policía para expresar su solidaridad con las protestas callejeras. El mundo árabe se había alzado en un clamor sin precedentes contra la policía y las consignas de los indignados se propagaron como la pólvora por todo el mundo árabe.

Claro que el recuerdo que tiene Omar de sus amigos difiere sensiblemente a la historia que cuentan los demás. Si bien es cierto que todos tenían la atención puesta en Egipto y en Túnez, Omar insiste en que si se decidieron a intervenir las paredes de su escuela con aquel grafiti, fue, puramente, porque eran adolescentes y porque tal les pareció un adecuado comportamiento rebelde. Sin embargo, como cuenta el mismo Omar, él y sus amigos eran de todo menos revolucionarios radicales.

Al final, no importó que Omar y su pandilla fueran radicales, o que fueran solo cuatro adolescentes con ganas de gastar una broma. El día después a la aparición del grafiti, el 16 de febrero de 2011, la policía empezó a patrullar las calles de Daraa en busca de colegiales.

"Doctor, su turno", dice el grafiti.

Omar consiguió evitar que le detuvieran. Sin embargo, su amigo Yacoub, que también tenía 14 años y, que, al igual que él, recién arrancaba la secundaria, no tuvo la misma suerte. Yacoub reconoce que aquel día estaba con el grupo de chicos que pintó el grafiti. Claro que la policía se lo terminó llevando por delante por haber prendido fuego a la caseta policial. "Simplemente estábamos jugando. Nunca pensamos en las repercusiones de lo que estábamos haciendo", cuenta Yacoub a VICE News, durante una conversación mantenido vía llamada de Whatsapp. Tal ha sido, de hecho, el mecanismo exclusivo empleado para entrevistar al resto de entrevistados en este artículo. "Pero nos castigaron por no haber reflexionado sobre lo que estábamos haciendo".
Un cartel de niños que da comienzo a la guerra
tan solo cuatro palabras 

Las fuerzas de seguridad sirias son conocidas por sus sofisticados métodos de tortura. Tanto es así, que el expresidente estadounidense George W.Bush acudió en su día a los nada sutiles servicios de inteligencia sirios para interrogar a algunos de los presuntos miembros de Al-Qaeda. Yacoub descubrió la brutalidad de los cuerpos de seguridad de su país a los 14 años. Le obligaron a dormir desnudo en un colchón húmedo, le colgaron de las paredes y le dejaron así, con los músculos estirados hasta la extenuación, durante horas. Y también le electrocutaron con instrumentos metálicos afilados.

Omar se pasó aquellas semanas intentando consolar a los padres y a los familiares de todos sus amigos que estaban siendo torturados en la cárcel.

"¿Cómo es posible que pueda conciliar el sueño cuando están torturando a todos mis amigos?", se preguntaba Omar durante las noches y las mañanas de aquella época. "Hubiese preferido haber estado con ellos... Así, hubiésemos padecido el dolor juntos, al menos".

Yacoub recuerda cómo sus torturadores le insistían sin cesar para que admitiera que había sido él quien había incendiado la caseta policial — algo que, asegura, se resistió a hacer. Yacoub relata, además, que durante las interminables sesiones de tortura escuchó como los guardas del centro de reclusión afirmaban que las preguntas y las órdenes que recibieron venían directamente de un hombre llamado Atef Najib.

Najib, un primo del dictador Bashar al-Assad, era el jefe de seguridad de los tropas de Daraa.

Los tratos vejatorios y abusivos con que Najib y sus hombres se despacharon con los niños que tenían bajo su custodia — y el trató que Najib deparó a los padres — se han convertido en el objeto de muchos de los cánticos revolucionarios. Según cuentan distintas versiones, los padres de Yacoub y algunos parientes de los escolares se reunieron con Najb durante los días posteriores al encierro, y le pidieron clemencia.

Lejos de mostrarse misericordioso, Najib les respondió de manera imperturbable y escalofriante: les emplazó a que se olvidaran de sus hijos detenidos y a que consideraran tener más — por lo visto aquí el discurso de Najib pasó de oscuro a siniestro; llegados a este punto el primo de Assad les habría dicho a los padres que si no conseguían embarazar de nuevo a sus esposas, que las mandaran hasta la comisaría, donde sus agentes se encargarían de fecundarlas. Otras versiones sobre aquel funesto encuentro apuntan a que Najib les habría dicho a los progenitores de los niños detenidos que ya que ellos habían fracasado a la hora de disciplinar a sus vástagos, pues que no se preocuparan, que entonces sus fuerzas de seguridad se encargarían de hacerlo por ellos.

El caso es que más allá de cuáles fueran las escabrosas palabras de Najib, lo cierto es que la detención y tortura de los pequeños se produjo en un momento en que el régimen filofascista de Bashar al-Assad atravesaba por uno de sus momentos más bajos en 11 años. En vista del panorama, su execrable primo decidió que la única manera de mantener el orden era redoblar la brutalidad, lo que alumbraría un ciclo de ultraviolencia que sigue tan activo como entonces a día de hoy.

Yacoub fue finalmente liberado el miércoles 15 de marzo de 2011. Entonces las multitudinarias manifestación en contra de Assad surcaban las calles de las dos principales ciudades del país: Damasco y Alepo. Aquella primavera, la disidencia siria se propagó por todo el país. Es posible que, por aquel entonces, la protesta de mayor magnitud se hubiese registrado en Damasco solo un mes antes — después de que un guardia urbano golpeara a un joven en el casco antiguo de la ciudad. El abuso policial provocó que centenares de personas salieran en masa a la calle y corearan el ya mítico cántico que rezaba que: "el pueblo sirio no será humillado".

 Los niños de Siria 


Sin embargo, aquellas primeras protestas fueron rápidamente reprimidas por el régimen, y lo cierto es que nunca llegaron a extenderse más allá de a un puñado de barrios, y entre un puñado de activistas de la oposición.

En realidad, fue en Daraa donde se fraguó y sucedió todo, una ciudad de mayoría suní, que hasta entonces era conocida por sus familias acudaladas y por sus estrechos vínculos militares y financieros con el estado sirio y con la familia de Assad.

Fue entonces cuando se declaró la primera gran rebelión.

Omar recuerda haber acudido a la mezquita durante una de las primeras manifestaciones de aquel viernes. Aquel viernes, el imán — un hombre que llevaba años aflojando proclamas progubernamentales al final de sus sermones — decidió dinamitar el vasallaje y echar por tierra el ideario paramilitar del régimen de Assad.

Después de las oraciones, las familias y los amigos de los chicos arrestados, salieron en tropel a tomar las calles. Fue entonces cuando empezaron a corear otro de sus legendarios cánticos: "queremos que saquen a nuestros hijos de la cárcel". Las fuerzas de seguridad respondieron con gases lacrimógenos, munición a destajo y hasta con francotiradores.

Omar tomó las calles de su ciudad junto al primer grupo de manifestantes y recuerda con orgullo cómo todos los vecinos de la ciudad —incluso aquellos que no conocían de nada a sus amigos — se sumaron a la protesta, y marcharon a su lado.

"Yo pensaba que la gente de nuestro barrio estaría en contra nuestra, que pensarían que no éramos más que un puñado de niños estúpidos", recuerda Omar. "Pero resultó que al final, el simple acto de dibujar un grafiti terminó percibiéndose como un acto heroico y valiente".


Un vídeo de las protestas en Daraa en marzo de 2011





Las manifestaciones — que originalmente solo se habían propuesto que la policía liberara al resto de chicos detenidos — se intensificaron hasta descontrolarse. Hacia el final de aquel mes de marzo de 2011, Daraa vivía sumida en una espiral de protestas mortales, represalias y funerales por los caídos bajo el fuego discrecional de la policía. En plena efervescencia de clamores, ráfagas de disparos y de puños en alto, Assad, como no, destacó a su expeditivo ejército para que se hiciera con el control de la situación. Y en abril Daraa ya era una ciudad cercada por los tanques.

Estas son las cinco fases de un conflicto que ha destruido gran parte de Siria.

Tras seis años de combates y bombardeos, Siria está en ruinas. Sufre el conflicto más cruento de los que estallaron con las revueltas y revoluciones incluidas en el concepto de “primaveras árabes”. "Si el conflicto no termina pronto, éste podría ser el fin de Siria tal como la conocemos", sentenció António Guterres cuando acababa su mandato como Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), a finales del 2015.

FASE 1: LAS PROTESTAS


Tras Túnez, Egipto y el inicio de la rebelión en Libia, en marzo del 2011 estallaron las protestas contra el presidente sirio, Bashar el Asad, cabeza del régimen del partido Baaz, en la ciudad de Deraa (sur). Se iniciaron tras el arresto y tortura de unos adolescentes que pintaron en la pared de su escuela: “Es tu turno, Doctor”, en referencia a Asad, que es oftalmólogo.

Las fuerzas de seguridad sirias mataron a manifestantes en las primeras protestas y éstas se extendieron por todo el país. En verano del 2011, cientos de miles de sirios pedían en las calles la dimisión de Asad, reformas políticas y el fin de la brutalidad policial.

"Al principio del conflicto, muchos creyeron dentro y fuera de Siria que Asad duraría pocos meses. Vieron el efecto dominó que se estaba produciendo, con caídas de líderes fuertes en países árabes", apunta Yaron Friedman, profesor de la Universidad de Haifa y experto en Siria.

Esta es la primer protesta un dia despues luego que arrestaron y torturaron a unos adolescentes que escribieron un grafiti donde solo dice. “Es tu turno, Doctor”

FASE 2: COMIENZA LA GUERRA CIVIL

Precaución: Imágenes muy crudas de una de las primeras masacres de civiles: Bashar al Assad envia fuerzas de choque denominadas “Shabiha


Se formaron grupos opositores armados y empezaron las deserciones de militares sirios que se unían a los rebeldes, aglutinados en el Ejército Sirio Libre (ESL). El país se sumió en la guerra, los bombardeos de las fuerzas sirias se multiplicaron y en el 2012, los combates llegaron a Damasco, la capital, y a la segunda ciudad del país, Alepo.

"Hasta el 2012, la mayoría pensaba que el final del régimen estaba cerca, pero entonces Asad consiguió ayuda de sus aliados. Primero de Irán y de (el movimiento chií libanés) Hizbulá, que mandó a su milicia a luchar con Asad y le aportó avances que lo salvaron y le dieron mucha motivación", indica Friedman.

"Irán movilizó a las milicias (chiís) de Paquistán, Afganistán, Irak y a la Guardia Revolucionaria iraní, que entrenó y apoyó a las fuerzas del régimen y lo salvó casi de hundirse en ese momento", opina Friedman.

Los rebeldes fueron creciendo y obteniendo armas, una parte de ellas “financiadas por Arabia Saudí y Catar” y destinadas especialmente a los grupos islamistas. Así lo explicaron a este diario, en junio del 2012, en la ciudad libanesa de Trípoli, combatientes de las Brigadas Faruk, integradas mayoritariamente por hombres de Homs y desertores y que formaban parte del ESL. Muchos de estos combatientes eran de Baba Amro, un barrio de Homs masacrado por el Ejército sirio.

Uno de los comandantes de la brigada hablaba de “hacer la revolución del Islam” y de tener “un país islámico”, pero “sin Al Qaeda ni extremismos, somos islamistas moderados”. Mientras hacía estos comentarios, sus dos esposas, cubiertas con niqab -velo que solo muestra los ojos- y con guantes, preparaban la comida para una decena de hombres.

FASE 3: LOS YIHADISTAS ENTRAN EN ESCENA

Los yihadistas aumentaron y las fuerzas seculares del ESL perdieron terreno. Aparecieron grupos como el yihadista Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria, y el Estado Islámico (EI), que lanzó una fuerte ofensiva en Irak en junio del 2014, y luego en la zona de Siria cercana a la frontera iraquí. El EI proclamó un califato en el área que controla en Irak y Siria cuya capital de facto es la ciudad siria de Raqqa.

Integrado por miles de extranjeros, el EI lucha contra todos los bandos: las fuerzas gubernamentales, los rebeldes, el Frente al Nusra -con el que se ha aliado en algunas ocasiones- y las fuerzas kurdas, también opuestas a Asad y contra las que arremete Turquía.

FASE 4: LA COALICIÓN INTERNACIONAL Y RUSIA COMIENZAN A BOMBARDEAR

En septiembre del 2014, una coalición internacional liderada por EEUU, con Jordania, Baréin, Catar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) empezó a bombardear al EI. Francia inició los ataques en septiembre del 2015 y el Reino Unido, en diciembre.

Rusia comenzó en septiembre atacando a “los terroristas del EI”. Pero además, ha bombardeado a grupos rebeldes y ha conseguido que el régimen de Asad, que hace medio año estaba al borde del colapso, haya recuperado terreno en zonas clave como Alepo (norte). “La intervención rusa es fundamental, puede cambiar el curso de la guerra a favor de Asad”, asegura Phillip Smyth, investigador de la Universidad de Maryland.

FASE 5: EL ESCENARIO ACTUAL

El mapa de quien controla cada zona de Siria actualmente está lleno de divisiones. El régimen de Asad -Ejército y milicias afines- tiene una gran parte del oeste del país, Damasco, Latakia, Tartús, casi toda la frontera con Líbano, Alepo, otra en el centro del país y en Deir Ezzor. Tras perder Alepo, en el norte, los rebeldes tienen una zona amplia de la provincia de Idlib, fronteriza con Turquía, un área cercana a Damasco y otra en Homs.

La franja norte, a lo largo de la frontera con Turquía y una parte de la iraquí, está en manos de las fuerzas kurdas, a excepción de unos tramos que controlan los rebeldes y el EI. Los yihadistas tienen una parte del este de Siria fronterizo con Irak, y zonas del norte, en Alepo, Al Raqa, As Shaddadah, áreas centrales y pequeñas partes en el sur.

La caída de Alepo en manos del régimen de Bashar Al Asad deja un orden de cosas difícilmente revertible: aunque el final del conflicto no parece próximo, está claro que Asad ya no va a perder la guerra. Frente a unas victoriosas tropas del régimen, el bando rebelde, desmoralizado, se bate en retirada. La batalla por esta ciudad, que ha terminado cuando la guerra entra en su sexto año, consolida al presidente sirio y a sus dos grandes aliados, Rusia e Irán, como los grandes ganadores del conflicto. Y a los rebeldes, Turquía, Arabia Saudí y EEUU, como los perdedores.
FASE 6: ataque químico y reacción de eeuu

El 4 de abril del 2017, un ataque con armas químicas causó al menos 86 muertos -según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH)- en la localidad siria de Jan Sheijun, en la provincia de Idleb (noroeste de Siria). La oposición siria, EEUU y otros países acusaron al régimen de Damasco del ataque, pero las autoridades sirias negaron haberlo perpetrado. Rusia alegó que se había bombardeado un almacén donde los rebeldes que controlan Jan Sheijun guardaban armas químicas.

La noche del 6 al 7 de abril, Washington bombardeó con 59 misiles Tomahawk la base militar siria de Al Shayrat, en la provincia de Homs, en represalia por el ataque químico de Jan Sheijun. Según el Pentágono, el bombardeo -el primero de EEUU contra el régimen de Asad- destruyó "el 20% de la aviación siria".

El ataque estadounidense provocó la condena de los aliados de Damasco: Rusia, Irán y Hizbulá. Moscú, bajo una gran presión internacional que lo acusa indirectamente del bombardeo químico y le exige que se distancie de Asad, advirtió junto a Teherán de que responderá con fuerza a "cualquier agresión". Las grandes potencias podrían acabar sumidas en una confrontación abierta en el tablero de Siria.

¿Porqué el pueblo sirio no quiere a Bashar al Assad en el poder?

Este fue uno de los tantos atentados que el genocida dictador Bashar al Assad llevó a cabo contra su propio pueblo antes de que se iniciara la guerra:



Las fuerzas de seguridad sirias mataron al menos a nueve personas cuando abrieron fuego contra miles de personas en los cortejos fúnebres del Sábado. La represión llega justo un día después de que las fuerzas de seguridad mataron al menos a 76 personas en el día más sangriento de las protestas que llevan más de un mes de duración contra el presidente autoritario Bashar Assad.

El número de muertos ha impulsado a dos legisladores sirios a renunciar con disgusto por los asesinatos. Los legisladores, Nasser Hariri y Khalil Rifai, son de la región sureña de Daraa, ciudad esta que desencadenó el movimiento de protesta a mediados de marzo, después de que un grupo de adolescentes fueron detenidos allí por garabatear graffitis anti-régimen en una pared. Si no puedo proteger los pechos de mi pueblo de esos ataques traicioneros, entonces no tiene sentido para mí estar en la Asamblea del Pueblo. Declaro mi renuncia , Hariri dijo a Al-Jazeera en una entrevista.

Las renuncias eran extremadamente raras en Siria, donde casi todas las figuras de la oposición son o bien encarcelados o exiliados. En Washington, el presidente Barack Obama condenó el uso de la fuerza este viernes por parte de Siria contra los manifestantes antigubernamentales y dijo que el uso “escandaloso” de la violencia por parte del régimen contra los manifestantes debe “terminar ahora”.

En un comunicado, Obama dijo que Siria se traslada a derogar una ley de emergencia de décadas de antigüedad y permitir las manifestaciones pacíficas que no eran graves a la luz de los acontecimientos del viernes. Hizo un llamado a Assad a cambiar de rumbo y obedecer la voluntad de su pueblo, dándoles lo que buscan – la libertad de expresión, de asociación, reunión pacífica y la capacidad de elegir a sus líderes. El Viernes los muertos eran un hombre de 70 años de edad, y dos niños de 7 y 10, ha manifestado Amnistía Internacional.

En la ciudad sureña de Izraa, un hombre corrió llevando el cuerpo de un joven, cuyo cabello estaba enmarañado con sangre de una herida abierta en la cabeza, mientras otro niño lloraba y gritaba: “¡Mi hermano!” El Video de la escena se publicó, en la ​​principal página de Facebook del movimiento de protesta. En otras ciudades, los manifestantes fueron dispersados por las balas de francotiradores, y luego arrastraron los cadáveres por las calles. Imágenes de teléfonos móviles mostraban los cuerpos alineados en el suelo dentro de los edificios.

Los mítines, mientras la gente marchaba hacia fuera de las mezquitas después de las oraciones musulmanas de mediodía del viernes, estallaron en pueblos y ciudades que se extienden a lo largo y ancho del país, incluyendo al menos dos suburbios de la capital, Damasco. La cifra de muertos es probable que aumente, mientras Ammar Qurabi, jefe de la Organización Nacional para los Derechos Humanos de Siria, dijo que otras 20 personas estaban desaparecidas.

El ataque del viernes fue el doble que la del día anterior más mortífero de la sublevación, el 8 de abril, cuando 37 personas murieron en todo el país. La represión más pesada se produjo después de que Assad advirtió hace una semana que cualquier disturbio más sería considerado “sabotaje” después de que él hizo el gesto de levantar las leyes de emergencia, un paso que ratificó el jueves.

Fue una clara señal de que el régimen estaba preparado para escalar una respuesta ya sangrienta, con cerca de 300 muertos en cinco semanas. Anteriormente, Assad ha mezclado la represión con gestos de reforma en un fallido intento de desinflar las protestas. El derramamiento de sangre hasta el momento solo ha servido para dinamizar a más manifestantes cuyas demandas se han convertido en una bola de nieve a partir de las modestas reformas a la caída de los 40 años de dinastía de la familia Assad.

Cada Viernes, un número creciente de personas en varias ciudades han salido a las calles a pesar de la casi certeza de que iban a venir bajo veloz ataque de las fuerzas de seguridad y hombres armados progubernamentales oscuros conocidas como “shabiha”. Las balas empezaron a volar sobre nuestras cabezas como una pesada lluvia , dijo un testigo en Izraa, donde la policía abrió fuego contra los manifestantes que marchaban delante de la oficina del alcalde.

La ciudad está situada en la provincia sureña de Daraa, donde el levantamiento se inició a mediados de marzo. Decenas de miles de personas marcharon el viernes en los suburbios de Damasco de Douma y Hajar Aswad, las ciudades centrales de Hama y Homs, Latakia y Banias, en la costa, la zona norte ciudades de Raqqa y Idlib, la región kurda del noreste, y en Daraa, dijeron testigos. Sin duda fue uno de los encuentros más sólidos hasta la fecha, pero era difícil de evaluar si la participación fue mayor que las manifestaciones pasadas ​​hace una semana. Debido a que las protestas fueron tan rápida y violentamente dispersados el ​​Viernes, parecía que muchas reuniones se dividieron ante las masas que salieron a las calles.

Amnistía Internacional elevó la cifra de muertos del día a las 75, lo que refleja los informes de los testigos a The Associated Press. Testimonios del viernes no podía ser confirmado de forma independiente porque Siria ha expulsado a los periodistas y restringido el acceso a los puntos conflictivos. Los testigos hablaron a condición de guardar el anonimato por temor a represalias. Mientras se ha intensificado su respuesta, el régimen de Assad ha parecido poco afectados por la creciente preocupación internacional por la violencia. El portavoz de la Casa Blanca Jay Carney dijo que los EE.UU. pide al gobierno sirio cesar y desistir del uso de la violencia contra los manifestantes pacíficos “y” seguir adelante con sus promesas y tomar medidas hacia el tipo de reformas concretas que han prometido .

Este suceso que fue uno de los menos graves que se sucedieron antes de que estallara la actual guerra que ya lleva más de 4 años en Siria a raíz de que muchos en las redes han aparecido con comentarios cargados a favor de este régimen asesino es importante aclarar, desde el preciso momento en que aviones rusos han comenzado a bombardear a los grupos de oposición que están tratando de eliminar a este dictador del poder.

El objetivo principal de los rusos es mantener a este dictador genocida en el poder en Siria, no solo bombardeando a los terroristas de ISIS, sino a los del Frente Al Nusra y a otros grupos de oposición.

Para ello los rusos se han aliado con enemigos jurados de Israel y los EE:UU, como son Irán y Hezbolla, suministrándole armamento avanzado. El actual gobierno iraquí también ha formado alianza con este bloque, traicionando de esta forma a los EE:UU. que hasta el momento había sido el único país que le había suministrado armamento avanzado a las fuerzas de seguridad iraquíes, post Saddam Hussein.

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