domingo, 1 de julio de 2012

Hungria: el resurgimiento del nazismo financiado por la unión europea


Hungría el nazismo europeo en marcha
Teniendo en cuenta la situación actual, el antisemitismo no es sólo un derecho, sino el deber de todo húngaro que ame su patria, y debemos prepararnos para una guerra contra los judíos”

Esta frase no fue pronunciada en los años treinta o cuarenta.

Esta es la declaración del Sindicato de Policia Húngara (Tettrekész Magyar Rendőrség Szakszervezete (TMRSZ), y fue editada, publicada, y suscrita, en mayo de 2009, por Judit Szima, teniente coronel de la policia hungara, secretaria del TMRSZ, y miembro del partido nazi (Jobbik) de Hungría. 


El 18 de mayo de 2009, en un acuerdo que viola leyes europeas y las más elementales reglas de cualquier sistema democrático, Judit Szima y Both Laszlo, por el Sindicato de Policia TMRSZ, y Gábor Vona, lider del Jobbik, firman un acuerdo de cooperación según el cual la policía se compromete a brindar todo tipo de cooperación, protección e información al Jobbik. A cambio, éste sufraga todas las necesidades económicas que el sindicato considere necesarias para los policias.

En sintesis: el 20% de la policía hungara pasa a ser ejército privado del partido nazi más poderoso de la Unión Europea. Como objetivos comunes que ambas organizaciones firman están, entre otros: la reimplantación de la pena de muerte (prohibida en la unión europea), endurecimiento del sistema penitenciario y tratamiento punitivo de “minorias criminales”: judíos y gitanos (delito de racismo y xenofobia prohibido por las leyes en la Unión Europea).

El acuerdo es el resultado de la popularidad y simpatía que los húngaros, haciendo honor a su historia, han dispensado a todo tipo de asesinatos y tropelías cometidos contra minorías: judíos, gitanos y homosexuales. La ola de crímenes de los últimos años es estremecedora. La policía tiene extrañas dificultades en encontrar a los culpables y , si encuentra a alguno, los jueces tienden a la benevolencia:

Escuadrones de la muerten asesinan a una familia gitana en Tatarszengyorgy (febrero, 2009)
Robert Csorba, de 27 años, y su hijo de 5, murieron acribillados cuando intentaban huir del incendio provocado de su casa. Sus otros dos hijos, de tres y seis años, fueron ingresados con quemaduras de carácter muy grave en el hospital. 

Los investigadores de la policía encontraron en la nieve restos de bombas incendiarias. Las conclusiones del Director de la Oficina Nacional de Investigación, Peter Papp, revelan el interés de la policía en resolver estos asesinatos: “Parece que nos hallamos ante una serie de delitos”, “Al parecer, los delincuentes pertenecen al mismo círculo”.

El jefe de policía del condado de Pest, Sandor Armos, admitió que sus colegas eran reacios a investigar este tipo de crímenes. Efectivamente, pisotearon pero “no vieron” casquillos de bala, huellas, etc. En su desganada inspección destruyeron la escena del crimen. Tampoco consideraron relevante los testimonios ni el video aportado por ciudadanos de Tatarszengyorgy, en el cual aparecen el grupo paramilitar Magyar Garda (creado por Gabor Vona) desfilando una semana antes por la población, con uniformes y banderas nazis y anunciando el próximo asesinato de “criminales gitanos”


Un trabajador de un restaurante judío del antiguo ghetto de Budapest fue apaleado por tres encapuchados que profirieron gritos de “muerte al judío". La policía llegó tarde. A pesar de los insultos antisemitas, y de que los asaltantes preguntaron al joven que si era judío, la policía consideró qie era un caso de gamberrismo sin connotaciones racistas.

Según la policía, tampoco ha sido un atentado racista el último ataque perpetrado contra una familia, en su casa, y jaleado por el vecindario, que gritaba: "Hay que matar a palos a los judíos".
Uno de los judíos ha cometido el gran crimen de no dejarse matar y ahora mismo hay cargos contra él y amenazas contra su familia. Por razones de seguridad ni siquiera podemos decir su nombre.
Los apaleamientos de judíos es el deporte nacional de los cachorros nazis.

Siguen las mismas tácticas que las Sturmabteilung y las juventudes del Partido de la Cruz Flechada: sembrar el terror con atentados a reuniones, destrucción de monumentos, profanación de cementerios, tienen como objetivo ganarse la simpatia de la población magyar, tantear la respuesta oficial ante la violencia y acorralar a las víctimas en un ghetto físico y psicológico. Si esta fase tiene éxito, comenzarán la segunda:linchamiento, y la tercera: exterminio. 

El apaleamiento del judío tiene un valor ritual. Es el bautismo de sangre de los militantes de la Magyar Gard y una señal para otros partidos nazis de que se ha levantado la veda. 

Del atentado contra la Sinagoga en Debrechen, el 10 de Noviembre de 2008, aniversario de la Kristallnacht, el Jobbik obtuvo enormes beneficios: fue la demostración de que Europa miraría a otro lado, las autoridades húngaras se limitarían a una condena formal y el pueblo húngaro los premiaría en las urnas.



Paramilitares asesinan a una mujer gitana y hieren gravemente a su hija de 13 años (agosto 2009). María Balogh, trabajadora agrícola, y su hija Ketrin de 13 años fueron asaltadas, mientras dormían, por un grupo de hombres armados, que las ametrallaron.
María murió y Ketrin fue hospitalizada en estado crítico. Los vecinos consideran justificada esta violencia contra los gitanos, porque son vagos, tienen muchos hijos y viven del estado. Gábor Vona explica: “Nos estamos protegiendo de la delincuencia gitana”

Ese mismo mes de agosto Gábor Vona había exigido la vuelta de la infame Gendarmería Húngara, ejecutora del plan Eichmann, de la muerte de 600.000 judíos húngaros y de una cifra sin determinar de gitanos europeos
De facto, en Hungría, los judíos tienen cada día más difícil cualquier reunión de carácter cultural o religioso. Siguiendo el macabro chiste de Goering: “No me gustaría ser judío en Alemania” los grupos de extrema derecha, con la permisividad y apoyo de policia, autoridades y población, se dedican a jalonar con atentados cada celebración o muestra de simple existencia de esta comunidad. Hace un mes, la casa del rabino Harav Shmuel Riskin fue apedreada mientras se celebraba el Shabat.

La policía se limitó a acudir a la llamada y advertir que sería imposible encontrar a los culpables. Los ataques al Teatro Judío con ácido, los carteles señalando que no hay que lamentar 6 millones de cerdos muertos, las lápidas machacadas, sólo son noticias que recoge prensa minoritaria. El fantasma de las leyes de Nuremberg ha llegado a Hungría. El clima y las condiciones políticas ya están.



En efecto, en abril se celebraron las elecciones en Hungría. El parlamento queda configurado de la siguiente manera: el Fidesz, partido de derecha del que se separó el Jobbik, 263 de 386 escaños, el partido socialista retrocede hasta 59 escaños, y el Jobbik se convierte en la tercera fuerza con 47 escaños.

Esto no significa que haya triunfado una derecha inocua (por más que la prensa de Berlusconi la llame centro-derecha o conservadores). Victor Orban es un Jean-Marie Le Pencon mayoría absoluta, y dependiente, en lo que a fuerzas de seguridad y servicios de inteligencia se refiere, del poder del Jobbik.

Las primeras medidas ya avisan del peligro que supone esta vanguardia nazi para la Unión Europea: la ley que permite al gobierno de Orban legislar y alterar la constitución sin necesidad de debate parlamentario ya está aprobada, y sus consecuencias para la democracia pueden ser las mismas que cuando, en Alemania, el Reichstadt otorgó a Hitler plenos poderes en 1933. 

La ley de doble ciudadanía que permite a ciudadanos de naciones vecinas, que acrediten origen húngaro, acceder a la nacionalidad húngara ha creado una tensión sin precedentes con Eslovaquia y con las leyes de la Unión Europea. La ley, que ha ignorado las preceptivas negociaciones diplomáticas con los países afectados, supone un desafío a la Unión Europea y un primer paso en los delirios expansionistas de Orban y Gábor Bona en busca del perdido Magyar Királyság (Reino de Hungría.). Por otra parte, el gobierno húngaro pretende negociar con estadísticas fraudulentas sobre su población para obtener ayudas de fondos europeos y cuota de poder en el Parlamento Europeo.

El Fidesz y el Jobbik son un ejemplo de los nuevos partidos nazis.

Están bien organizados, tienen una base ideológica sin fisuras, tienen buenas redes de apoyo internacional, su terrorismo es controlado y siguen paso a paso la estrategia política del pasado. La táctica de desinformación del Jobbik acusando a los judíos de estar adquiriendo tierras en Hungría esta basada en la propaganda del partdo nazi, previa a los Decretos de 1933, prohibiendo a los judíos alemanes poseer tierras. Decreto al que siguió la confiscación y el robo de propiedades. Ahora estamos ya en la fase de acusar al “poder judío” de dominar la prensa.

Los partidos nazis saben que el racismo es un buen negocio: matar gitanos es más barato que crear polideportivos o mejorar centros sociales para sus votantes. Mientras haya un niño gitano al que quemar vivo nadie va a hacerse preguntas sobre la corrupción hungara o las mafias que han asolado la economía del país.

El antisemitismo nazi va más allá de la discriminación o de la crueldad de carácter histórico. Es un negocio y una parte organizada de la guerra. Apalear, matar judíos tiene como objetivo inmediato hacerles saber que no están en su país, que Hungría pertenece a los magyares.

Y es fácil que un judío húngaro se convenza, si hay una policía corrupta, unos jueces marionetas, y unos conciudadanos con instintos criminales mal encauzados. Cualquier defensa o argumentación que pueda esgrimir va a fracasar: su patriotismo, su contribución a la cultura húngara o al progreso van a ser tergiversados por los nazis como infiltraciones de esta perversa raza en el estado y en todas los estratos del poder.

Además el Jobbik y el Fidesz saben que este terror es un arma geopolítica que ya usaron Goëring y Heydrich al tratar de la “cuestíón judía”: obligar a una emigración masiva, incontrolada de judíos a Israel y a otros países crea una desestabilización económica y de seguridad que debilita al oponente.

Durante la Segunda Guerra Mundial, El Reino Unido tuvo un flanco de enorme debilidad en el protectorado de Palestina por las tensiones constantes que crearon estas oledas de refugiados que huían del exterminio. Al leer los Diarios de Liddell, se ve que más de la mitad del presupuesto y esfuerzo de los Servicios de Inteligencia se dedicó no a la guerra, sino a controlar y vigilar a los refugiados.

Israel no tiene capacidad ni económica ni política para acoger hoy a decenas de miles de estos posibles refugiados europeos. Añadir este conflicto a la actual situación de Israel y Palestina es condenar a estos pueblos a una escalada de violencia inimaginable.

No olvidemos los millones de muertos que ha costado a Europa cada vez que ha estallado un conflicto de nacionalismo o ha surgido un movimiento armado nazi. 

Hungría nos ha traido los dos problemas, pero hay una gran diferencia respecto al pasado: sus ciudadanos son nuestros ciudadanos, sus gitanos, nuestros gitanos, y sus judíos, nuestros judíos. Son europeos con todos los derechos y tienen que recurrir, denunciar y protestar en todas las instancias que las leyes europeas han creado para su protección y la nuestra.

Por cada gitano o judío asesinado han de surgir mil denuncias en juzgados de toda Europa, mil denuncias ante el Tribunal de Derechos Humanos y mil europeos que cancelemos compras, negocios, inversiones o viajes en ese infierno nazi que es hoy Hungría. Las personas perseguidas por policías corruptos o atacadas deben dar los nombres de esos criminales de forma segura y anónima. Otros conciudadanos europeos los denunciaremos.

En 2008, la Union Europea y el FMI salvaron la bancarrota del estado húngaro con 20.000 millones de euros. Que sus nuevos líderes sean unos fantoches nazis no mejora su situación.Hungría asume la presidencia de Europa en 2011. Para entonces, su gobierno tiene que estar denunciado por racista y genocida, el Sobbik en la lista de organizaciones terroristas, y sus dirigentes buscados por Interpol.

Eliah Meyer. Autor de "Smog in the eyes": Informes inclasificables del espionaje inglés.

1 comentario:

  1. Los partidos nazis saben que el racismo es un buen negocio: para estos animales predadores, matar gitanos es más barato que crear polideportivos o mejorar centros sociales para sus votantes. Es lamentable que Europa no diga nada sobre este cáncer político.

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