sábado, 25 de agosto de 2012

Un agricultor de Nepal mata a mordiscos a una cobra tras ser atacado por el reptil

Mohamed Salmo Miya y los restos de la cobra

«Podría haberla matado con un palo, pero estaba loco de rabia y quería vengarme. La maté con mis dientes».

Un agricultor nepalí, al que una serpiente venenosa había mordido previamente, se vengó de ella mordiéndola hasta matarla, informó la policía este jueves.

Mohamed Salmo Miya estaba cultivando cerca de su pueblo, situado a 200 kilómetros al sudeste de Katmandú, cuando se encontró con una cobra mortal, explicó a la AFP Uma Prasad Chatrubedi, jefe de la policía del distrito.

«Un agricultor del pueblo de Bardanga mató, fuera de sí, a una cobra blanca con sus dientes», dijo. «La serpiente le mordió cuando estaba trabajando en su campo de arroz el martes por la noche y el hombre la cazó y la mató».

Miya fue tratado en una clínca local y se recupera en su casa.

«Estaba muy enfadado después de que la serpiente me mordiera. Seguí a la serpiente, la agarré y la mordí hasta que murió», explicó este hombre de 55 años.

«Podría haberla matado con un palo, pero estaba loco de rabia y quería vengarme. La maté con mis dientes».

Nepal posee una amplia variedad de serpientes venenosas y no venenosas, muy activas durante la estación del monzón de verano. Entre estas serpientes se encuentran la pitón de la India, que puede alcanzar los 10 metros de longitud, y la mortal cobra real.

Cálculos a la baja sugieren que se producen unos 20.000 casos de mordeduras de serpientes al año en Nepal, casi todos en las llanuras de Terai (sur), causando unas 1.000 muertes, aunque muy raramente se dan casos de hombres que muerdan a serpientes.

La cobra común de dos metros de longitud, responsable de la mayoría de las mordeduras, es adorada por los hindúes en algunas partes de Nepal.

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