sábado, 8 de septiembre de 2012

Occidente asediado por la ofensiva global del terrorismo islámico

Devastar, matar, generar temor y dividir a Occidente
El extremismo islámico amenaza ya con desatar la Cuarta Guerra Mundial, ya que la tercera fue la Guerra Fría, planteando una guerra incierta, sin límites, ni físicos ni morales. Se extendió por el mundo y no hay neutralidad posible.

Para lograr sus objetivos no le importa nada que entre la víctimas hayan todo tipo de personas incluyendo algunos musulmanes.

Devastar, matar, generar temor y dividir principalmene a Occidente. Todo indica que lo estan logrando. Estos atentados empiezan con la incitación, continuan con la ejecución e inconcientemente son justificados en Occidente por una absurda y ciega izquierda antinorteamericana a ultranza. 
Las auto-inculpaciones, o el “por algo es que lo hacen” refiriéndose a la pobreza, o que ellos "son producto de errores e injusticias de Occidente genera que a estos criminales suicidas se los llame con apodos heroicos, nombrándolos en los periódicos de occidente como Kamikazes o "militantes", cuando deberían llamarlos a secas “terroristas o criminales”. Ya que, sus objetivos "no son militares sino civiles".

Al Queda abrió con Atocha y Londres un nuevo frente de batalla en Europa, delineó una estrategia que incluye a apartar y aislar a EE.UU. del resto de la coalición. Hasta ahora el éxito les sonríe.

La lucha antiterrorista se pierde en el momento de ser declarada. La misma declaración, la llamada de alerta representa un acta de capitulación ya que estar alerta o esperar que lo estén las fuerzas de seguridad no salvará a nadie.

Los analistas más perspicaces que cuentan con una red más extensa de informadores, capaces de descubrir cualquier complot, aniquilar a sus organizadores y neutralizar cualquier bomba. Pero un día cometerán un fallo, y un terrorista suicida subirá al autobús en algún punto del mundo.

El terrorista siempre va un paso por delante. En el caso del terrorismo la ventaja del criminal es inevitable y más patente que en cualquier otro delito. Un crimen puede ser prevenido, un atentado terrorista nunca. Como sucede con los cataclismos naturales, no hay nada que hacer sino enfrentarse a las consecuencias.

Se puede combatir algo cuyos recursos –económicos, humanos, ideológicos o temporales– sean vulnerables o, al menos, agotables. No es el caso del terrorismo. Desconoce el problema de los recursos humanos, todo un pueblo podrá suministrarlos. El terrorista nunca carece de motivación ni de tiempo.

El terrorismo es un 'oficio' maligno de bajo coste. Los gastos para organizar un atentado terrorista son muchísimo menores que el coste de la lucha antiterrorista.

Es lógico: el antiterrorismo tiene por objetivo de cortar todos los caminos posibles al terrorista mientras éste busca solo un único camino.

Tal vez, el 11-S fuera uno de los atentados más costosos de la historia del terrorismo. Pero ¿qué significa esto, para las cabezas de del terrorismo mundial, en comparación con el precio que tuvo que pagar Estados Unidos?La guerra contra las quimeras fundamentalistas.

Hasta el momento el terrorismo nunca, en ningún lugar del mundo, ha conseguido los objetivos declarados pero estos objetivos siempre tienen una alternativa: matar a las personas. Desde ese momento a nadie le interesa ya cómo ha empezado todo.

Y es algo tan objetivo como la trayectoria de un meteorito que apunta directamente hacia la Tierra.

El mundo todavia no sabe como luchar contra los individuos como Nasrallah, porque son su parte inherente e inalienable.

La realidad es muy cínica: el terrorista quiere matar cuanto a más gente mejor. Los que intentan luchar contra él desde un principio aceptan que no podrán salvar a todos. Entonces luchas por que el terrorista mate a cuanta menos gente posible.

Ellos se apuntan las vidas, como si se tratase de goles. Por lo tanto el que cree que está cambiando el curso de la historia o se está vengando del mundo que había admitido esta historia, ya ha ganado la guerra independientemente de los resultados de la operación de rescate.

La lucha contra el terrorismo es la guerra contra las quimeras fundamentalistas. Muchas veces el verdadero motivo de la venganza o del miedo ya está enterrado y sustituido por cualquier quimera, llamese un mundo sin judíos, o el emblema de una revolución mundial o para la gloria de algún profeta y su siniestra profecia.

Por: Dob Benasher
para: oybey-news

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